MADRID, 13 (EUROPA PRESS)
El Fondo Monetario Internacional ha instado a El Salvador a “reconsiderar” sus planes para expandir la exposición del Gobierno al bitcoin mediante la emisión de bonos tokenizados debido a los riesgos legales, la fragilidad fiscal y la naturaleza especulativa de los criptomercados.
Así lo ha señalado el personal técnico del FMI tras su visita al país centroamericano para la elaboración del ‘Artículo IV’, en el que se ha sugerido a las autoridades de El Salvador que “aborden” los riesgos que tiene el bitcoin.
Estos riesgos, según ha explicado el organismo multilateral, todavía no se han materializado debido a la presencia limitada del bitcoin. Si bien, dado su estado de moneda de curso legal y las nuevas reformas legislativas (como la reciente aprobación de la Ley de Activos Digitales), su uso podría ser más frecuente.
Para evitar que el uso del bitcoin afecte a la integridad y la estabilidad financiera del país, los técnicos han recomendado una mayor transparencia por parte de las autoridades de El Salvador en cuanto a las transacción que se realicen en criptoactivos y la regularización de Chivo, la billetera bitcoin de propiedad estatal, siendo este un asunto “esencial” para garantizar la sostenibilidad macroeconómica y la protección de los consumidores.
MEJORAR EL CLIMA DE NEGOCIOS
El FMI también ha aprovechado su visita para valorar la situación macroeconómica de El Salvador, destacando su crecimiento “sólido” en el último año, a pesar de los impactos “adversos”. En este sentido, el organismo ha puesto en valor la mejora de la seguridad, que está dando un impulso “mayor de lo previsto” a la inversión privada y al crecimiento.
Con todo, el Fondo ha recordado la importancia de “proteger” la independencia judicial y garantizar el acceso imparcial al sistema judicial para seguir atrayendo inversiones y mejorar el clima de negocios de El Salvador.
De cara a 2023, y pese a estimar una expansión del PIB del 2,4%, los riesgos se mantiene elevados, siendo la principal preocupación para el FMI la posibilidad de una desaceleración “pronunciada” en Estados Unidos, que reducirá la entrada de capital privado a la economía salvadoreña. Asimismo, los shocks debidos al cambio climático y otros desastres naturales “no pueden descartarse”.