Los municipios se oponen a la tasa y su aplicación no es obligatoria
MADRID, 21 (EUROPA PRESS)
La futura tasa que los ayuntamientos podrán crear para cobrar a los vehículos que accedan a las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) de las ciudades tendrá un precio similar al coste de aparcar en un párking público en ese mismo municipio.
Así lo ha dispuesto el Gobierno en el proyecto de Ley de Movilidad Sostenible, aprobado la pasada semana por el Consejo de Ministros y ahora en trámite parlamentario con el objetivo de aprobarse definitivamente a lo largo de 2023.
No obstante, la creación de este nueva tasa es opcional y los ayuntamientos no estarán obligados a aplicarla. De hecho, los municipios ya se han opuesto al considerar que dar la opción de pago por contaminar más no es coherente con los objetivos de sostenibilidad que se persiguen.
La Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) ha alegado en contra de esta tasa: “Las zonas de bajas emisiones pretenden adecuar la circulación de vehículos privados por motivos medioambientales, materia en la que no cabe el principio de que se puede contaminar, pero pagando”.
Así, los municipios prefieren aplicar otras medidas como establecer moratorias horarias, de días o por episodios de contaminación atmosférica o una combinaciones de todas, prohibiendo la entrada a las ZBE excepto en ciertas ocasiones, pero sin tener que pagar.
También argumentan que el establecimiento de la tasa por contaminar “generará a los alcaldes y a su gobierno una conflictividad social innecesaria”. “La creación de nuevas tasas es una materia muy problemática porque conlleva un cierto grado de inseguridad jurídica”, añaden en sus alegaciones.
Aunque la tasa no es obligatoria, la creación de las ZBE sí lo será. De hecho, la Ley de Cambio Climático de mayo de 2021 establecía que, antes de 2023, los municipios de más de 50.000 habitantes y los territorios insulares tendrían que crear zonas de bajas emisiones, lo que afecta a unas 150 ciudades.
Una de las tasas más famosas en el mundo para acceder al centro de la ciudad es la de Londres, ya que se aplica desde el año 2003. Actualmente cuesta 15 libras (17 euros), aunque hay descuentos del 90% para residentes y otros para vehículos eléctricos, que en este último caso desaparecerá en diciembre de 2025.