El 77% son optimistas de que el mundo tomará medidas suficientes para evitar los peores impactos del cambio climático
MADRID, 19 (EUROPA PRESS)
El 77% de los directivos españoles (75% a nivel global) aumentó sus inversiones en sostenibilidad durante el año pasado, como revela la última edición del ‘CxO Sustainability Report: Accelerating the Green Transition’ de Deloitte, para la cual se entrevistaron a más de 2.000 responsables de negocio (CxO, por sus siglas en inglés) de 24 países, entre ellos, España.
De este modo, el estudio –que evalúa anualmente las preocupaciones y acciones de las organizaciones en materia de cambio climático y la sostenibilidad– constata que los directivos españoles son optimistas en materia de cambio climático y que sus compañías aumentaron los recursos destinados a la sostenibilidad en 2022.
En cualquier caso, los encuestados consideran que los principales retos a abordar durante 2023 son la coyuntura económica, la competencia por el talento y la innovación. En este sentido, la mayoría de los encuestados consideran que el entorno regulatorio cambiante (72% en España y 65% a nivel mundial) y el activismo (64% en España y 59% a nivel global) han sido los motivos que más contribuyeron a aumentar leve o significativamente la acción de sostenibilidad de su organización durante el último año.
En línea con el optimismo manifestado, la mayoría de los directivos (77% en España y 78% a nivel mundial) confía en que los esfuerzos mundiales conseguirán evitar los peores impactos del cambio y, en mayor medida (82% en España y 84% a nivel global), cree también que el mundo puede alcanzar el crecimiento económico global al mismo tiempo que cumple con los objetivos de lucha contra el cambio climático.
No obstante, la mayor parte de los encuestados españoles admite también que la crisis climática les preocupa todo o buena parte del tiempo y afirma que se han visto afectados por algún evento durante el último año como, por ejemplo, sequías severas, calor extremo o incendios forestales, entre otros factores.
“En el último año, si bien las incertidumbres del entorno y los desafíos comerciales marcaron gran parte de la agenda corporativa, las compañías españolas han tomado mayor conciencia en materia de sostenibilidad y cambio climático, destacándolo en el informe como uno de los problemas principales en sus compañías y que, en el último año, ha afectado a muchas de ellas. Esto aleja todas las dudas sobre la perdurabilidad del desafío del cambio climático en las agendas empresariales”, asegura Concha Iglesias, socia líder de la práctica de Cambio Climático y Sostenibilidad de Deloitte en España.
A nivel empresarial, casi 7 de cada 10 (67%) responsables de negocio españoles (61% a nivel global) confirma que el cambio climático podría afectar a la estrategia y las operaciones de su empresa en los próximos tres años, siendo la regulación de emisiones, la escasez o el costo de los recursos y el cambio de patrones de consumo los principales problemas que ya están afectando a las compañías españolas.
TRANSICIÓN JUSTA Y RETOS ASOCIADOS
Casi la totalidad de los encuestados españoles (93%) cree que una “transición justa” es importante o extremadamente importante para sus organizaciones, en comparación con el 91% de los ejecutivos globales. De hecho, del total de países encuestados, España ocupa la décima posición entre las naciones que califican dicha hecho como extremadamente relevante.
Asimismo, las conclusiones recogidas por Deloitte indican que España supera, en algunos casos, el promedio mundial en términos de emprender las acciones que “muevan las agujas”, como, por ejemplo, la actualización o reubicación de instalaciones para hacerlas más resistentes a los impactos climáticos, el desarrollo de nuevos productos o servicios amigables con el clima y el requisito de que los proveedores cumplan con criterios específicos de sostenibilidad.
“El informe resalta que la acción climática tiene sus beneficios y presenta retos que las compañías deben afrontar. Para las empresas españolas, los principales obstáculos para impulsar los esfuerzos de sostenibilidad son las dificultades para medir el impacto ambiental, máxime ante demandas cortoplacistas de inversores y accionistas”, asegura Iglesias.
“Entienden que la respuesta deberá estar impulsado por tecnologías innovadoras y enfoques creativos, requiriendo inversión empresarial. La definición de estrategias corporativas vinculadas a la sostenibilidad acompañadas de un gobierno adaptado, la descarbonización de las operaciones, y el desarrollo de productos serán un “must”, que deberá extenderse a sus cadenas de valor”, añade.
Para las organizaciones nacionales, los beneficios principales de impulsar la sostenibilidad impactan, principalmente, en la reputación y el reconocimiento de marca. También consideran que lo hace en la innovación en torno a las operaciones y los servicios ofrecidos, así como en la satisfacción de las expectativas del cliente.
Por el contrario, los responsables de negocio en España consideran que es menos probable que afecte a la rentabilidad de las inversiones, el valor de los activos y/o en la resiliencia a largo plazo y el rendimiento financiero, entre otros motivos.
El informe también recoge recomendaciones clave para que las empresas españolas ayuden a cerrar la brecha entre la ambición y el impacto con el fin de acelerar el progreso hacia una economía baja en carbono. El aumento de la eficiencia energética y los usos de equipos y tecnología más eficaces, así como de materiales más sostenibles son las principales medidas adoptadas.