MADRID, 9 (EUROPA PRESS)
El Gobierno del Reino Unido ha anunciado una profunda revisión de las reglas aplicadas al sector de servicios financieros, incluido el relajamiento de algunas de las principales normas implementadas a raíz de la crisis financiera de 2008, con el objetivo de desbloquear la inversión e impulsar el crecimiento en pueblos y ciudades de todo el Reino Unido.
El paquete de medidas presentado este viernes como “Reformas de Edimburgo” por el ministro de Finanzas del Reino Unido, Jeremy Hunt, supondrá derogar y reemplazar “cientos de páginas de leyes onerosas retenidas por la UE que rigen los servicios financieros”, estableciendo así un marco regulatorio más inteligente para el Reino Unido que sea más ágil, menos costoso y más receptivo a las tendencias emergentes.
La treintena de medidas de la reforma, contempla entre otros cambios, el relajamiento del sistema de protección que obligaba a los bancos a separar sus negocios minorista y de inversión, que fue introducido a raíz de la crisis financiera de 2008.
Asimismo, el Tesoro británico, sostiene que los cambios garantizan que los mercados financieros del Reino Unido estén entre los más abiertos y atractivos del mundo mediante la revisión del régimen de folletos del país para que sea más atractivo para las empresas cotizar y levantar capital.
Asimismo, revisa formalmente la provisión de investigación de inversiones en el Reino Unido, incluidos los efectos de las reglas de desagregación MiFID de la UE, que no se aplican en mercados como Estados Unidos, mientras que Hunt también ha emitido nuevas cartas de mandato a la Autoridad de Conducta Financiera y la Autoridad de Regulación Prudencial enfatizando los nuevos objetivos secundarios de competitividad.
De este modo, los reguladores financieros del Reino Unido tendrán el deber de facilitar, sujeto a la alineación con los estándares internacionales relevantes, la competitividad internacional de la economía británica y su crecimiento a mediano y largo plazo.
Por otro lado, Londres recuerda su compromiso de realizar avances legislativos sustanciales a lo largo de 2023 sobre la derogación y sustitución de la normativa ‘Solvencia II’ de la UE, que rige los balances de las aseguradoras, con lo que se espera desbloquear más de 100.000 millones de libras esterlinas (116.100 millones de euros) de inversión privada para activos productivos como la infraestructura del Reino Unido.
“Estamos comprometidos en asegurar el estatus del Reino Unido como uno de los centros de servicios financieros más abiertos, dinámicos y competitivos del mundo”, ha afirmado Hunt, para quien las ‘Reformas de Edimburgo’ aprovechan las libertades del ‘Brexit’ para ofrecer un régimen regulatorio ágil y propio que funciona en interés de los británicos y sus empresas.
“E iremos más allá, reformando las onerosas leyes de la UE que ahogan el crecimiento en otras industrias, como la tecnología digital y las ciencias de la vida”, ha añadido.
El sector de los servicios financieros es vital para la solidez económica de Gran Bretaña, ya que aporta 216.000 millones de libras (250.793 millones de euros) al año a la economía del Reino Unido, incluyendo 76.000 millones de libras (88.242 millones de euros) en ingresos fiscales, cifra suficiente para financiar toda la fuerza policial y el sistema escolar estatal, además de emplear a más de 2,3 millones de personas.
Entre 2007 y 2009, el Gobierno del Reino Unido destinó alrededor de 137.000 millones de libras esterlinas de dinero público (más de 159.000 millones de euros) al rescate de bancos, con pérdidas estimadas en unos 36.400 millones de libras (42.263 millones de euros), según la Oficina para la Responsabilidad Presupuestaria.
Chris Hayward, responsable de políticas de la Corporación de la City de Londres, ha rechazado, en declaraciones recogidas por la cadena BBC, que las reformas sean una “carrera a la baja” en materia de regulación, defendiendo que se trata de una oportunidad de hacer crecer la economía y creo que deberíamos estar muy entusiasmados con eso”, dijo.
La posición de Londres como centro financiero europeo preeminente a nivel mundial se ha visto cada vez más cuestionada en los últimos años, incluyendo el breve ‘sorpasso’ por parte de París a la capital británica como el mercado bursátil europeo más valioso, mientras que Ámsterdam se adjudicó el título de centro europeo de negociación de acciones más activo.
En este sentido, Paul Marshall de la gestora Marshall Wace, describió recientemente la City como un “Parque Jurásico” de empresas e inversores anticuados, perdiendo cada vez más posiciones frente a mercados como Nueva York, Shanghái o incluso Ámsterdam.