Más de la mitad de los encuestados elige el lugar de compra por cercanía, después por calidad y por precio
MADRID, 1 (EUROPA PRESS)
El 72% de los consumidores asegura haber cambiado sus hábitos de compra y consumo en la coyuntura económica y social actual, según los datos de la encuesta de la Mesa de Participación Asociaciones de Consumidores (MPAC).
En concreto, un 20% reconoce que lo hace buscando mejores precios, mientras que un 21% opta por adquirir otro tipo de productos.
El informe muestra que este año los encuestados son más conscientes del significado de la figura del consumidor vulnerable. De hecho, aunque hay diversas interpretaciones, se observa una relación clara entre vulnerabilidad y renta, principalmente en entornos rurales y con niveles de estudios básicos.
Así, el 38% que afirma sentirse vulnerable lo hace porque su nivel de renta es bajo (19%), después acusan el impacto de alguna variable psicosocial (9%), el desconocimiento de las nuevas tecnologías (6%) o el nivel de formación (4%).
La vulnerabilidad por renta afecta principalmente a las franjas entre los 18 y 35 años y a los de más de 65. Así, se ratifica el problema del entorno rural donde es mayor el desconocimiento del concepto y la sensación de vulnerabilidad por el uso de nuevas tecnologías.
Por otro lado, el informe muestra que este año la proximidad desplaza a la calidad a la hora de elegir un establecimiento de compra, ya que más de la mitad de los consumidores valora la cercanía como factor principal, seguido por la calidad y el precio, aunque en el ámbito rural se valora más el precio que en el ámbito urbano, donde la calidad se coloca por encima del precio.
Sin embargo, en cuanto a la elección del producto alimentario, aunque la calidad sigue siendo el factor más relevante, se observa una mayor atención a los precios más ajustados.
De esta forma, el supermercado se mantiene como el formato comercial preferido por las personas consumidoras para realizar sus compras de alimentación y gran consumo (64%). Se perciben pequeños cambios en el pequeño comercio y tiendas especializadas, que pierden dos puntos con respecto al año pasado, mientras que se aprecia un leve incremento en hipermercados y mercados municipales.
En general, los consumidores optan mayoritariamente por la compra de productos frescos frente a los congelados y los preparados, excepto en el caso de las legumbres y las pastas. En relación a 2021 se observa un incremento de la compra de la carne congelada y una reducción de la de carne fresca.
Respecto al etiquetado de los alimentos, que lleva años generando debate, la encuesta revela que en 2022 ha aumentado el número de aquellos que admiten consumir productos una vez pasada la fecha de caducidad (67% frente al 59% en 2021). Paradójicamente, un 66% considera que la fecha de caducidad es el concepto informativo más importante de la etiqueta, seguido de la composición/ingredientes del producto (55%). En tercera posición aparece el precio (37%), desplazando al lugar de origen (28%) y a la información nutricional (26%).
También se constata que, año tras año, el consumidor va perdiendo el hábito de leer las etiquetas. Concretamente, en esta ocasión la caída ha sido de siete puntos para los que dicen leerlas habitualmente, hasta el 34% (41% en 2021).
Según el análisis, el consumidor medio en España tiene cada vez más en cuenta a las empresas responsables con el medio ambiente porque él mismo apuesta por un consumo sostenible y respetuoso con el planeta: un 57% valora positivamente este aspecto a la hora de comprar un alimento.
La influencia a la hora de decidir la compra está repartida entre varios factores como, por ejemplo, saber la procedencia del producto (25%) y cómo se ha producido (20%). También se valoran otros aspectos como el compromiso con el medio ambiente (16%) o el comportamiento ético con la sociedad del fabricante o distribuidor (15%).
En la misma línea, el 88% de los encuestados opina que el desperdicio alimentario es un problema importante. Para evitarlo opta por aprovechar más los alimentos (41%) y planificar mejor las compras (31%). Tan sólo un 10% reconoce no hacer nada.
Por otro lado, los consumidores siguen valorando de forma positiva la compra ‘online’ de productos de alimentación (67%). Aunque la mitad de estas considera que no le hace falta. La valoración positiva de la compra por Internet junto con la preferencia de la cercanía, confirma que la omnicanalidad está cada vez más presente entre los consumidores.