BRUSELAS, 24 (EUROPA PRESS)
La Comisión Europea ha advertido este lunes a España y otros países de la UE que preparan su salida del Tratado de la Carta de la Energía de que seguirán sujetos sin cambios a las condiciones de arbitraje que prevé el acuerdo internacional durante otros 20 años pese a romper con él, por lo que les ha emplazado a continuar dentro del pacto para poder mejorarlo desde dentro.
“Tomamos nota del anuncio de varios Estados miembro de su intención de retirarse del Tratado. La Comisión Europea sigue pensando que el resultado de la modernización del proceso que se hizo en junio está plenamente en línea con la transición energética y la causa del cambio climático”, ha indicado en una rueda de prensa la portavoz comunitaria de Comercio, Miriam García Ferrer.
Al menos cuatro países del bloque han anunciado recientemente su intención de abandonar el Tratado al considerar que da mayor poder a los inversores energéticos privados para litigar contra los Estados, entre ellos Francia y España, pero Bruselas defiende que los cambios negociados en el marco del Tratado el pasado junio y que se prevé adoptar en noviembre resolvería esas lagunas.
Los servicios comunitarios recalcan que la revisión -que requiere el apoyo de la mayoría de socios para salir adelante en noviembre_ofrece mayores garantías para las inversiones verdes, en un contexto como el actual en el que la Unión Europea prima la inversión en materia de lucha contra el cambio climático.
“Hay que ser claros respecto a los posibles escenarios: Todo país que se retire estará sujeto a una cláusula de 20 años que supone que tendrán que seguir aplicando todas las normas durante dos décadas más”, ha remachado la portavoz comunitario, para recalcar en las razones por las que la Comisión es partidaria de la modernización del Tratado desde dentro.
De este modo, el Ejecutivo comunitario cree que abandonar el pacto antes de que tenga lugar la revisión negociada y pendiente de adopción daría al bloque “un peor resultado” porque los socios salientes deberían seguir cumpliendo las normas que favorecen las inversiones fósiles, mientras que las ‘verdes’ “no estarían protegidas”.
Una cincuentena de países suscriben este Tratado diseñado en 1998 y que permite a las empresas energéticas, sobre todo las relacionadas con los combustibles fósiles, demandar a los países ante un sistema de tribunales si estas consideran que la legislación va en contra de sus intereses.
El Panel Intergubernamental de Cambio Climático de la ONU (IPCC) francés calificó este tratado como un “grave obstáculo para la mitigación del cambio climático”, ya que es “incompatible” con los “calendarios de descarbonización” de los acuerdos de París.