S&P recorta la previsión de crecimiento de la eurozona para el año al 3,3% desde el 4,4%.
Según el informe que ha publicado esta mañana, as economías europeas, importadoras netas de energía, se preparan para una ralentización a medida que los precios del petróleo y el gas suben en respuesta al conflicto entre Rusia y Ucrania. Según su diagnóstico, el poder adquisitivo de los hogares se debilitará, y se espera que la inflación alcance el 5% este año y se mantenga por encima del 2% en 2023. Sin embargo, pone el acento en que gracias al fuerte impulso de la recuperación y a las suficientes reservas de efectivo, no esperan una recesión en todo el año.
La agencia de calificación reconoce eso sí que la incertidumbre en torno a sus previsiones es mayor de lo habitual, con riesgos a la baja para el crecimiento en 2022 y riesgos al alza para la inflación este año y el próximo. Si los riesgos a la baja no se materializan, sí ven al BCE en condiciones de subir los tipos en diciembre, especialmente porque las presiones inflacionistas van a durar más que antes del conflicto ruso-ucraniano.
Aun así, reconocen que la ventana de posibilidad para una primera subida de tipos se abriría en septiembre.
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