El Banco Central Europeo (BCE) ha revisado a la baja sus expectativas de crecimiento para la eurozona, mientras que ha elevado las de inflación como consecuencia del impacto de la guerra en Ucrania, que en el peor escenario manejado por la institución llevaría la tasa de inflación de la zona euro hasta el 7,1% en 2022, frente al 5,1% del escenario base.
De este modo, en su escenario más probable, el BCE contempla que el PIB de la eurozona crezca este año un 3,7%, en vez del 4,2% anticipado en diciembre, mientras que en 2023 la expansión del PIB será del 2,8%, una décima menos de lo previsto anteriormente, y en 2024 el PIB crecerá un 1,6%, en línea con la proyección de diciembre.
En cuanto a los precios, el BCE ha revisado al alza sus previsiones de inflación, que ahora sitúa en el 5,1% en 2022 y en el 2,1% en 2023, cuando en diciembre anticipaba subidas de precios del 3,2% y el 1,8%, respectivamente. Para 2024, la institución prevé una tasa de inflación del 1,9%, una décima más que lo previsto en diciembre.
Sin embargo, dada la gran incertidumbre que rodea al impacto del conflicto en Ucrania en la economía de la zona del euro, además del escenario base, el BCE ha preparado un escenario “adverso” en el que el crecimiento del PIB se vería frenado en 2022 al 2,5% y el próximo año al 2,7%, situándose en el 2,1% en 2024, mientras que la inflación subiría un 5,9% este año y un 2% y un 1,6% los dos siguientes años, respectivamente.
En comparación con la base, un escenario “adverso” asume que se impondrán sanciones más estrictas a Rusia, lo que lleva a algunas interrupciones en las cadenas de valor globales, mientras que los cortes persistentes en el suministro de gas elevarían los costes de la energía y recortes en la producción de la zona del euro, “aunque esto sería solo temporal a medida que se produzca la sustitución por otras fuentes de energía”.
Además, el BCE ha valorado en este segundo escenario que las tensiones geopolíticas serían más sostenidas que en el escenario de referencia, lo que generaría perturbaciones financieras adicionales y una incertidumbre más persistente.
Asimismo, en un “escenario severo”, el BCE incluye, además de las características del escenario adverso, una reacción más fuerte de los precios de la energía a los cortes en el suministro, así como una revisión más intensa de los precios en los mercados financieros y mayores efectos de segunda ronda por el aumento de los precios de la energía.
Este peor escenario implicaría un crecimiento del PIB en 2022 y 2023 del 2,3%, mientras que para 2024 la expansión de la actividad sería del 1,9%. En cuanto a la evolución de los precios, en el escenario severo el BCE anticipa una escalada hasta el 7,1% en 2022 y una moderación de la subida al 2,7% el próximo año y el 1,9% en 2024.
El BCE ha indicado que la fecha límite para las hipótesis técnicas, como las relativas a los precios del petróleo y los tipos de cambio, fue el pasado 28 de febrero, señalando que las proyecciones macroeconómicas para la zona del euro finalizaron su elaboración el 2 de marzo de 2022.
“El ejercicio de proyección actual cubre el período 2022-24. Las proyecciones sobre un horizonte tan largo están sujetas a una incertidumbre muy alta, y esto debe tenerse en cuenta al interpretarlas”, ha advertido.