El rendimiento de los bonos referenciales a 10 años del Tesoro estadounidense está tocando este viernes máximos desde enero de 2020 y se sitúa por encima del 1,93%.
Además, el rendimiento de los bonos a 2 años, que suelen moverse más en línea con las expectativas de tipos de interés y es el bono que más sigue la Reserva Federal, sube también a su máximo desde febrero de 2020, por encima del 1,27%.
En el mercado no se cree que esto implique una aceleración del endurecimiento monetario de la FED, pero sí que elimina las narrativas sobre que la FED habría cometido un error al cambiar de rumbo en su política monetaria.
Cuando aumenta el nivel de los tipos de interés, el precio de los bonos disminuye y la rentabilidad sube (su relación es inversa). Tras conocer que Estados Unidos creó mucho más empleo de lo esperado en enero, se refuerzan los argumentos de la FED para comenzar a subir el precio del dinero en marzo.
La renta variable, con el sector tecnológico a la cabeza, es la que más está sufriendo la senda de normalización monetaria y los bonos, que han estado en niveles anormalmente bajos en periodos de expansión cuantitativa, ahora se toman la revancha y comienzan a recuperar rentabilidad.