Defiende su escenario “prudente” y anticipa que reabrirá la emisión del bono verde sin concretar fechas
MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
El Tesoro Público ha mantenido en 75.000 millones la previsión de emisión de deuda neta para 2022, prácticamente similar a la cifra de 2021 (75.138 millones), mientras que prevé que la emisión bruta se reduzca un 10% respecto al año pasado, hasta los 237.498 millones de euros.
Así lo ha anunciado el secretario general del Tesoro y Financiación Internacional, Carlos Cuerpo, en la rueda de prensa para presentar la Estrategia de Financiación del Tesoro para 2022, donde ha defendido que la estimación de las necesidades de financiación netas se han establecido bajo un supuesto de “prudencia”.
Con todo, Cuerpo ha asegurado que el año 2022 estará marcado por la consolidación de la recuperación económica, así como por el despliegue del Plan de Recuperación a una “velocidad crucero” y el inicio de la gradual normalización de las condiciones de política monetaria.
Pese a este impulso de la economía, la estrategia del Tesoro seguirá marcada por la respuesta a la crisis, dados los altos volúmenes de fondos a financiar. Además, ha señalado que la ejecución del programa necesita ser “flexible” en las condiciones actuales para ir adaptándose a la evolución de las necesidades ante la elevada incertidumbre del momento debido a la pandemia.
FONDOS ‘NEXT GENERATION’ COMO FINANCIACIÓN ADICIONAL
Con todo, el Tesoro volverá a contar este año con los fondos ‘Next Generation EU’ como fuente de financiación adicional. En este caso, las cifras incorporadas en el programa de financiación son las mismas que las fijadas en los Presupuestos Generales del Estado de 2022, con unos ingresos de 20.225 millones de euros.
Cabe destacar que la intención del Ejecutivo, y para lo que ya está trabajando, es incorporar una adenda este año al Plan de Recuperación para realizar la petición del tramo de préstamos vinculados a los fondos ‘Next Generation EU’. “Cuando lo tengamos perfilado, haremos una translación a la estrategia de financiación”, ha informado el secretario.
Entretanto, el perfil temporal del programa de emisión tenderá a concentrar la mayor parte de emisiones en la primera mitad del año. En este sentido, ya está disponible el calendario completo de emisiones, donde se detallan las 48 subastas ordinarias con las fechas previstas para los siguientes 12 meses.
NUEVA EMISIÓN SINDICADA PRÓXIMAMENTE
El secretario ha anticipado que el Tesoro volverá a recurrir en el año 2022 a las sindicaciones bancarias para las emisiones de determinadas referencias de obligaciones del Estado. En este caso, ha adelantado que el organismo público ya está trabajando en la sindicación de una nueva referencia a 10 años, que podría anunciarse “muy brevemente”.
Como otro de los hitos importantes para 2022, el Tesoro reabrirá el bono verde, lanzado por primera vez en 2021, con el fin de ir alcanzando volúmenes próximos al del resto de referencias y de seguir contribuyendo a la financiación de proyectos de transición ecológica. No obstante, el secretario no ha avanzado aún las fechas que barajan para esta emisión ni los detalles de la misma.
En cuanto a la prima de riesgo, desde el Tesoro esperan que la acción tomada por parte del Banco Central Europeo (BCE) en cuanto a la progresiva evolución de la política monetaria no suponga un factor diferencial y que la prima de riesgo siga manteniéndose sin sobresaltos como en 2021.
AÑOS MARCADOS POR LA RESPUESTA A LA PANDEMIA
Según ha destacado Carlos Cuerpo, los programas de emisiones de los dos últimos años han respaldado las medidas de apoyo a hogares y empresas durante la pandemia y la actuación de los estabilizadores automáticos. No obstante, esto ha supuesto un incremento de las necesidades de financiación por parte del Tesoro y del volumen de deuda pública, sobre todo en 2020.
Tras el choque por la pandemia, 2021 supuso un “punto de inflexión” en materia económica, gracias a la vacunación y a la mejora de las finanzas públicas, lo que conllevó a que el Tesoro volviese a registrar una senda decreciente en las emisiones brutas y netas respecto a 2020 y respecto a previsiones de inicio de año.
En concreto, de los 100.000 millones previstos a inicio de 2021 en las emisiones netas, el año terminó en torno a los 75.000 millones, una reducción del 25% debido al buen comportamiento de los ingresos, el impulso del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia y las buenas condiciones de financiación que permitieron una amortización anticipada de los préstamos al Tesoro por parte de las comunidades autónomas, que se situó en 14.000 millones en 2021 y se esperan niveles similares para este año.
Todo esto apoyado, además, por la actuación “decidida” de las autoridades europeas y la confianza de los inversores en la economía española. “Esto se ha reflejado en un favorable acceso al mercado y un peso estable de los no residentes en el total de tenencias de deuda”, ha destacado el secretario, quien ha cifrado este peso de no residentes en el 44% y espera que este “apetito” inversor se mantenga en los próximos trimestres y años.
EL COSTE MEDIO DE EMISIONES DE DEUDA, POR PRIMERA VEZ EN NEGATIVO
Cuerpo ha querido destacar del año 2021 que, por primera vez, el coste medio de las emisiones realizadas en el conjunto del año ha sido negativo (-0,04%). De hecho, más del 60% de la deuda se ha emitido a tipos negativos. Además, ha ensalzado que por primera vez la vida media de la deuda del Estado en circulación ha alcanzado los 8 años, promoviendo la reducción de los costes de financiación en las emisiones.
Dos factores han sido determinantes para el alargamiento de la vida media, según ha explicado el secretario. Por un lado, se ha debido al esfuerzo de emitir en los tramos largos de la curva, con el éxito, por ejemplo de la emisión de obligaciones a 50 años. Por otro lado, también destaca la menor emisión relativa a las letras del Tesoro, que ha vuelto a ser negativa (sólo ha sido positiva en 2020).
En paralelo, todo esto se ha acompañado por la apuesta por la sostenibilidad con la “exitosa” emisión inaugural del primer bono verde en España, con un valor nominal de 5.000 millones y una demanda de 60.0000 millones, que atrajo sobre todo a inversores nórdicos, según ha explicado Carlos Cuerpo.