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La UE y EEUU logran un acuerdo para poner fin a la disputa de dos décadas por los subsidios a Boeing y Airbus, una tensión comercial que había derivado en una batalla arancelaria por la que exportaciones claves de cada bloque quedaron gravadas con miles de millones de euros. ¿Cómo comenzó esta trifulca?
La disputa comercial entre Airbus y Boeing ha sido una de las más largas en la historia de la Organización Mundial del Comercio. Durante 17 años, EE.UU. y la UE se han acusado de inyectar miles de millones a ambas empresas a través de ayudas públicas. Unas subvenciones contrarias a la normativa internacional.
Así comenzó la batalla
Todo comienza en octubre de 2004, cuando EE.UU. impugna los préstamos que recibe Airbus de Europa para desarrollar aviones y pone fin a un acuerdo con la UE de 1992 que cubre el apoyo del gobierno a Boeing y Airbus. La UE responde con el mismo golpe y acusa a EE.UU. de ofrecer a Boeing un apoyo económico indebido.
Los años siguientes, la tensión escala. En marzo de 2005, EE.UU. quiere que Europa deje de proporcionar préstamos a Airbus. Bruselas contraataca y argumenta que Boeing también se beneficia de su propia ayuda, como las exenciones fiscales del estado de Washington y los contratos del gobierno federal.
En ese mismo año, ambas partes buscan el amparo de la OMC tras no lograr un acuerdo sobre el régimen de ayudas y subvenciones que cada una aplica a sus fabricantes de aviones. La OMC inicia una investigación sobre las ayudas públicas a uno y otro lado del charco e inicia un proceso de arbitraje que ya se preveía que podía durar años. 16 años, en concreto, desde ese mismo momento.
El conflicto se recrudece en 2009, cuando Airbus avanza en la obtención de préstamos gubernamentales para sacar adelante su modelo A350, uno de los actuales referentes de la aeronáutica que rivaliza directamente con el Boeing 787 Dreamliner. Gran Bretaña, Francia, Alemania y España se muestran dispuestas a aportar capital al proyecto. Sin embargo, Boeing se muestra en contra y denuncia que esa financiación viola las reglas de la OMC.
17 años de disputa
En 2010, el panel de la OMC emite una decisión provisional y señala que las ayudas de la UE a Airbus equivalen a subsidios ilegales. Bruselas apela contra este fallo, pero en 2011 pierde definitivamente esa apelación. En 2012, es EE.UU. quien recibe el mazazo de la OMC, a favor del fallo contra el apoyo gubernamental a Boeing.
En este punto, la UE y EE.UU. deben cumplir con los fallos de la OMC, aunque siguen las disputas, ya que cada una acusa a la otra de saltarse lo pactado. En 2018, la OMC dictamina que la UE no ha detenido todos los subsidios a Airbus y que estos perjudican a Airbus. Un año después, afirma que EE.UU. no ha detenido las exenciones tributarias subsidiadas a Boeing en el estado de Washington.
En abril de 2019 la Administración Trump publica una lista de bienes de la UE valorados en 21.000 millones de dólares que podrían enfrentar aranceles. En octubre, la trifulca adquiere unas dimensiones mayores cuando ambas administraciones se imponen aranceles de forma recíproca. La UE aplica aranceles por valor de 4.000 millones de dólares, mientras que EE.UU. hace lo mismo por un valor total de 7.500 millones de dólares.
Aunque el fin de esta disputa elimina un importante escollo en las relaciones comerciales a uno y otro lado del Atlántico, la paz no está del todo firmada. Recordemos que ahora hay otra fuente de tensión sobre la mesa y apunta a las grandes tecnológicas y el impuesto digital.